El siguiente artículo publicado en Américaeconomía.com nos muestra las competencias que buscan tanto empresas públicas como privadas, conociéndolas, debemos trabajarlas para aumentar nuestra empleabilidad.
Flexibilidad al cambio, es una de las competencias que se solicitan en el mundo privado, mientras que en el público se busca que los profesionales sean capaces de adaptarse a los diversos sucesos.
Las consultoras de recursos humanos Mandomedio.com y Transearch Chile, pertenecientes al Grupo PayRoll, determinaron que en organizaciones públicas y privadas se buscan competencias laborales similares, pero con enfoques distintos. Esto, luego de analizar las solicitudes de empleo y sus respectivos informes psicolaborales de candidatos a cargos en la empresa privada y servicios públicos.
La principal diferencia es que en el sector público la inclinación natural es al bien común, lo que marcaría fuertemente a los profesionales que se desempeñan en estos cargos.
Según Ignacio González, gerente general de Mandomedio.com “en general las competencias laborales en los niveles medios coinciden en ambos mundos, sin embargo, hay algunas que son propias del ámbito privado como es la flexibilidad al cambio y en el ámbito público se requiere adaptabilidad al cambio, que está directamente relacionada con la rotación de gobierno en Chile -que se producen cada cuatro años-, la comunicación y visión sistémica”.
Destaca, además, que si bien el perfil del profesional que se espera en el Estado y las empresas es similar en términos de conducta intachable, las contrataciones de las reparticiones de gobierno hacen explícita la probidad e integridad moral. Entonces los profesionales siguen al pie de la letra las normas y procedimientos de la institución.
Cristián Duarte, gerente general de Transearch Chile, explica que además existen una serie de mitos y prejuicios en torno al ambiente laboral en el sector público como es la burocracia, falta de autonomía para tomar decisiones, entre otros.
Mientras en las organizaciones privadas se buscan personas decididas, con capacidad empática y asertividad en las comunicaciones; en el mundo público deben poseer un carácter para posicionarse en la institución y ante los trabajadores de forma muy diplomática.
Un estilo formal, ordenado y riguroso se solicita más en el sector público, a diferencia de las empresas privadas donde se requiere más espontaneidad, con excepción de algunas áreas que esperan una cuota mayor de formalidad.
A su vez, en ambos tipos de organizaciones se valora el saber trabajar en equipo.
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